sábado, 23 de junio de 2007

Round goblets of arrogance

Iah and Jhrea were found as newborn babies in a garbage disposal container, their tiny bodies next to one another. Fast asleep, their little fragile heads pressed together. Everybody would assume someone left them there. But Iah and Jhrea weren't abandonded. They were born in that garbage container. They were born from the garbage.

Now, this might be a little hard to believe. With no proof. But the fact is most trash container abandoned babies usually still have their umbilical cords attached and more often than not suffer from hypothermia, pretty much always needing to be hospitalized for some time. As for Iah and Jhrea's case, not only were they in perfect health -for they were, after all, still resting in their peculiar womb-, but also conspicuously appeared to never have had any umbilical cord attached to their abdomen in the first place, as they didn't have the slightless hint of a navel.

No birthing scars had Iah and Jhrea. This would appear to be an inconvinience from the start, as navels serve as a way of telling identical twins apart in the absence of identifiable marks. Which was the case of these navel-less girls. Although they were no twins, for they weren't really sisters to begin with. But as they were, after all, born from the same pile of waste, their resemblance was unmistakably uncanny. Much so being them newborns.

Life circumstances and distinguishing difficulties caused them to be separated. And separated they grew up beautifully. Separated, but equally clumsy.

Terribly clumsy. As clumsy as only Gods on Earth can be. Gods, you see, have no navels. They're born only from the divine, with no nutrient tube whatsoever. And so, having no center marked in their physical bodies, they can't get a firm enough grip to the ground. And so they tend to fly off a bit, along with their minds.

In her early twenties, Jhrea gave in to social pressure and had an umbilicus surgically carved right in her exact center of gravity, thus making it fairly impossible for Iah to recognize Jhrea as her other half. Making it up to herself to either see in Iah the part that had been always missing from her, or to completely turn her back on who she was, what she wanted and needed. Conceal her birthing lack of belly button was all she needed to do.

As if.

martes, 19 de junio de 2007

Nadia y el fin del mundo

Sólo un grupo de refugiados budistas cuyas almas se reencarnen interminablemente en las sucesivas ruedas kármikas-recordatorio de que aún les quedaban faltas por arreglar en su vida anterior serían capaces de llegar a imaginar, por un momento, la pesada broma que Nadia se ve obligada a vivir un día tras otro.

Esta criatura prepúber de 12 años posee todas las características que los niños de su edad comparten, excepto un terror al sueño y unas consecuentes grandes ojeras que le hacen, irremediablemente, convertirse, como mínimo, en una prepúber poco común. Nadia nunca ha conocido la despreocupación total que los demás niños disfrutan como modo de vida natural (y, por tanto, ignoran totalmente); esta realidad exterior no tiene lugar en su pequeño universo, del mismo modo que el estupor particular de cada una de sus mañanas no tendría cabida ni en las fantasías más atrevidas de sus pánfilos pero excitados coetáneos.

¿Qué le pasa a Nadia, pues, para ser tan diferente? Nadia tiene la extraordinaria discapacidad física de despertarse cada mañana con la falta invariable de un miembro diferente de su cuerpo. Cuando ella nació, todo parecía estar de una pieza, hasta que los primeros cambios empezaron a advertirse pasado algún tiempo. Al principio, los embelesados padres no notaron nada fuera de lo normal en el diminuto cuerpecito de su bebé. Arropado en tal laberinto pañales y pequeñas mantas y envuelto por el fervor materno propio de las primeras semanas, un cuerpo de bebé es prácticamente imposible de destacar por ninguna anormalidad. Es un hecho contrastado que cualquier bebé del mundo podría aterrizar en el mismo agitando sus dos cabezas, tres pares de brazos y piernas, que los orgullosísimos papás no repararían más que en la simpática calvita de su retoño.

No fue diferente en el caso de Nadia. Simplemente, en su primer cumpleaños, amaneció con un brazo de menos. Los progenitores pusieron, como es de entender, el grito en el cielo, se mostraron muy preocupados ante la posibilidad de que su hija se fuese desintegrando con el paso de cada noche. Ellos habían trabajado por engendrar una niña, habían cumplido su parte, y aquéllo de que, por arte de magia, sus pequeñas piezas fuesen desapareciendo, no les hacía ninguna gracia. Habían invertido en el lote completo, y no se merecían, por lo tanto, ni un miembro menos.

De este modo expusieron su preocupación los individuos al pediatra de guardia, que examinó detenidamente el mermado tronco de la juguetona paciente, ajena a todo el revuelo que se había organizado a causa de su brazo, ahora ausente, para proferir su diagnóstico momentos después. Lo hizo con una mueca de perplejidad que se imaginaría infrecuente en un individuo de tal edad y experiencia en el campo:

¾Esta niña padece el Síndrome del Fin del Mundo, el famosísimo SFM, señores. Tomen asiento.

Y así fue cómo los anonadados padres de Nadia aprendieron todo lo que debían saber sobre la nueva compañera de lecho de su hija, que le iría restando, invariablemente, un miembro diferente en cada nuevo amanecer. El lado bueno era que, hasta que el momento de la total desaparición del cuerpo de la pequeña llegara, podían exhibirla en varios museos o parques temáticos de la ciudad (no olvidemos que al comienzo de este relato, la criatura tiene 12 años, un período que puede dar para mucho económicamente), lo que posteriormente les ayudaría a irse de vacaciones en una vuelta al mundo que borraría para siempre este mal capítulo de sus vidas que, para empezar, ninguno de los dos había solicitado experimentar.

lunes, 4 de junio de 2007

Carne cruda

No sé qué tiene la carne cruda que siempre me ha atraído. Hace relativamente poco un semidiós se me apareció en un sueño y me conminó a inciarme en cierto rito cárnico-nocturno.

Éste consistía en la ingesta de tres onzas y media de carne cruda con los tres toques de alarma que daba el reloj ritual, el cual desenterré del macetón de una palmera que se encontraba en el lobby de cierto hotel de lujo. Esto, por supuesto, también me había sido indicado por vías oníricas.

El reloj era un misterio en sí. No tenía ningún botón, ninguna ruedecilla, ningún tipo de control, rendija, ranura, endidura o marca alguna que indicara que fuese un objeto artificial, creado por mano humana. O cualquier otro tipo de mano, para el mismo caso. Su esfera tampoco parecía estar encajada o montada sobre el resto del cuerpo. Era un todo compacto y perfectamente hermético. Así como sus manecillas, que parecían emanar del centro de la cara del reloj, como diminutos y raquíticos miembros que por alguna inexplicada razón sólo tenían autonomía suficiente como para moverse a ritmos constantes y sincronizados, de forma ininterrumpida. Parecía como si estuviera vivo.

La cantidad de carne no podía ser aproximada, debía ser exacta. No se requería, por el contrario, ningún tipo específico de la misma.

Adquirido pues el peso indicado en ternera, me dispuse a aguardar la señal indicada. Al sonar el primer chillidito comprendí que debía tomar una onza con los cortos, onza y media con los dobles. Chillidito y cinco cuartos después, toda la carne había desaparecido, y descansaba ahora en mi estómago.

Un rumor de tambores empezó a resonar lejano en mi oído. Un ritmo único y repetitivo, que fue intensificándose poco a poco hasta cegarme por completo. La oscuridad de mis sentidos se tornó intensamente verdosa, y pude reparar en la posición en que me encontraba.

Me distinguí de rodillas, sobre el suelo de una habitación totalmente distinta. Las acolchadas paredes comenzaron a bailar, cerrándose sobre mí. La sensación de ahogo y abrasión que me sobrevino seguidamente sólo se puede calificar de violenta.

Las luces de mi consciencia se apagaron repentinamente. Al volver a encenderse mi cabeza daba vueltas y mi visión estaba emborronada. Antes de que pudiera situarme me rozó de pasada alguien que no podía estar ahí. Me froté los ojos, incrédula, y puse empeño en enfocar.

Reconocí la calle. Alzando la vista pude ver luz en la ventana del salón de mi antiguo piso. En ese momento comprendí que había vuelto a aquella noche. De acuerdo con el reloj de la farmacia faltaban unos minutos para que salieras de ese portal. No podía creerlo, sólo tenía que esperar.

Sentí abandonarme las fuerzas de nuevo. Luché contra el sopor todo lo que pude, llena de rabia y frustración. La realidad que me rodeaba se ralentizaba y por más que me esforzaba no conseguía quedarme. Seguí luchando por lo que me pareció una eternidad. Rendida, me dejé ir finalmente.

Desperté cubierta en sudor sobre el suelo alicatado de la cocina. Sabía lo que había ocurrido, esto era sólo una muestra de lo que podía alcanzar. Si quería llegar más lejos, tendría que estar dispuesta a pagar el precio.

Vaya si lo estaba.

domingo, 3 de junio de 2007

Dígitos vespertinos - Primera parte

Apoyada en el marco de la ventana, la mano derecha sujeta el cigarro mientras el incisivo izquierdo muerde el labio inferior, humedecido previamente por la lengua. La nariz expulsa el humo gris mientras el cerebro cumple su función habitual. Lo sorprendente de la escena es que el dedo índice de la mano izquierda se posa en la parte superior de su brazo contrario, aterrizando sobre uno de los minúsculos lunares que descienden en imposibles constelaciones hacia el antebrazo y dibujan un laberinto que probablemente se extiende por todo el cuerpo.

Todo comienza, pues, con la punta digital acariciando inconscientemente la tostada piel de comienzos del verano. Es sorprendente cómo se pueden adivinar las estaciones del año sobre la piel de una persona.

El cigarro se consume, imperturbable, mientras el dedo continúa su recorrido en un zig zag que va en aumento. Se trazan y enlazan toda suerte de geometrías: espirales, óvalos, números primos, triángulos agudos, líneas rectas e infinitas. La brisa vespertina proveniente de la calle provoca un estremecimiento de los hombros desnudos, y una repentina crispación del escaso vello pectoral que va acompañada, inevitablemente, de un endurecimiento de los pezones.

En el cielo de fuera ya no se puede ver ningún signo del día que está pronto a desaparecer. Los restos mortales del que solía ser un cigarro yacen en el patio interior, y la escena se traslada a un pequeño cuarto con cama, iluminado por una luz anaranjada demasiado agresiva. La posición corporal pasa al plano horizontal, lo cual es agradecido por los lánguidos miembros que descansan sobre el colchón. La mirada está ahora fijada sobre el techo de escayola. Pero el dedo sigue su camino, que se ha transformado en subida.

Deteniéndose en la frente, la palma se abre y, apartando el pelo hacia las sienes, convence a los párpados para que arropen los globos oculares y permitan un comienzo del primer acto a telón bajado. Deslizándose por la hendidura que conduce al labio superior, el índice, perpendicular a la boca, es el protagonista de un símbolo del silencio que dura tan sólo un instante. El objetivo más próximo es el mentón, que precede a la inexistente nuez (por ser femenina) divisora de tu garganta e invertido tobogán rematado por la uve de tu clavícula. Como elementos flanqueantes y atentos, tus pálidos pechos que no superan en tamaño a melocotones maduros y están coronados por aureolas casi infantiles del color de un caramelo de toffee. Huelga decir que no existe un surco entre ambos, de modo que el dedo explorador sólo se ve guiado por la quieta amabilidad del esternón y la suavidad de la inminente barriga.

El ombligo merece especial atención.

jueves, 17 de mayo de 2007

Ilusiones quebradas

Se ilusiona fácilmente y le rompen el corazón. Le pasa una vez al mes, porque la gente es mala o poco cuidadosa para con los demás, en general. Y siento que debería decírselo, pero me da la sensación de que tal vez no quiera saberlo, y prefiera seguir ilusionándose, aunque eso signifique que le vuelvan a romper el corazón.

Egoísmo altruista

¿Acaso no llenamos nuestras vidas de las de los demás por puro tedio? ¿Por puro egoísmo? Es un acto de vanagloria el pensar lo contrario.

Cuando digo que te quiero, tan sólo quiero decir que aspiro a que mi vida sea más fácil, sólo eso.

Es un acto de vanagloria que pienses lo contrario.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Me odio cuando me miento

Es como comer sin hambre, entregarte sin convicción, seguir sin ganas. Sentirte obligada, hacerlo por inercia. Caer en la cuenta de que estás ya rota, manchada, contaminada. Te faltan pedazos que ya no podrías recuperar aunque lo intentaras, y aún así sigues adelante.

Sigues pero arrastrándote. Una parte cada vez mayor de ti se da por vencida, acepta la derrota. Renuncia, lo olvida.

Se abandona, se deja, se va...

Watery pupils

Ain't it funny how plans seem to develop themselves without our help, and yet how we spend most of our time profundly worried trying to figure out which next step we should take in order to make them become reality?

It all began one sunny afternoon, in your parents' countryside house. We had planned to spend the weekend by the sea shore, far away from a) the city noise b) the enquiring looks aimed at the both of us more often than not, and c) the horrible human beings and partners we were becoming due precisely to all those undesired circumstances we were starting to live. We still had each other back then, or that's what we were convinced of, in any case.

In spite of the heat that floated like a heavy burden over the whole beach-dense and liquid at the same time, with the impossible shape of home-made custard and the authority of an ubiquitous god-I remember that I was feeling some strange sort of coldness between us. Or perhaps this is an unfair way to describe it; perhaps it was just me who was feeling this icy cold sensation inside, like the one you feel when you find out that your beloved one has planned a vacation, trip or project without you. Keeping the paranoia inside was some big effort I always tried to make, though, for the sake of both. I can just hope you could see that, back then.

You were walking barefoot on the peanut butter coloured, wet sand with your hands inside your jeans pockets and a look on your face that I had never seen before (and, therefore, kept trying to identify and comprehend-the well-known human pride for dragging into his domain of reason even the things that don't need/want to be understood). I was trying to give you time. I was silently begging your mouth to articulate some sound, to tell you the truth. I was desperatly waiting for some clue that might led me to the vision of your soul or the trace of your memories, anything that could help me know you by heart.

I should have given you time.

When you lifted your head, at last, and used your watery pupils for looking directly into mine, it was me who turned away and finally lowered my head-for I could smell your remorse already. When you said the last words I remember ("I don't know if I will ever meet you again"), I was frozen, my gaze fixed, staring into the open sea.

martes, 15 de mayo de 2007

Moment de feblesa

Tan sols un somni i me'n adono que el que creia que havia deixat de sentir segueix aquí, resistint-se a anar-se'n del tot. Només un somni per a disparar aquesta única càlida memòria que vam compartir directament al meu lòbul principal. I volta a començar.

Caic en el compte de lo guapa que estàs avui. Precisament avui. No són imaginacions meves, has vingut amb roba de carrer i t'has soltat el cabell. Si no et conegués millor i sabés que no creus en aquestes coses, pensaria que t'has colat en els meus somnis de forma expressa a través d'algun tipus de vudú.

Somrius i se'm ve el món al damunt. Els teus ulls semblen més foscos que mai amb el reflex del teu somriure. Miro incrèdula al meu voltant, sense entendre què és tan important per a la resta dels presents que no t'estan mirant amb l'atenció que requereixes.

Amb només una paraula, si la diguessis en el segon exacte en que estic sofrint aquesta explosió de sentiments no tan oposats, seria teva per tota l'eternitat.

Una sola mirada de desdeny i tot s'esfuma. Menys mal.

La mujer del artista

Con un sombrero de vaquero como el que habrás visto a alguna estrella del rock, cruzas la valla de madera que separa el bosque del resto. Tu sombrero está ladeado, tu mirada recorre primero el verde horizonte y las poco frondosas copas agitadas suavemente por el viento, para permanecer luego quieta durante unos minutos-siempre te ha gustado observar, cowboy, convertirte en mar en calma, abandonar la superficie para perderte en las cambiantes corrientes submarinas que te recuerdan a tu propio espíritu: agitado, peligroso, pero siempre en melodía.

¿Naciste con música en lugar de venas? ¿Te bastó el primer vistazo accidental y prematuro para saber que tu lugar en este mundo serían los acordes, los silencios, los insomnes pesares en forma de estrofas? ¿Tatuaste ese camino en tu rostro tan pronto como tuviste capacidad de elección? Deseo profundamente conocerte, cowboy, recorrerte y aprenderte de memoria como una imprescindible partitura.

Al adelantar un paso tu pie derecho, enfundado en una atemporal bota de cuero envejecido, chupas el cigarrillo que sujetan tus dedos e imaginas tu guarida-después de todo, sé muy bien que has venido a este bosque para diferenciarte del resto.

Realmente no puedo expresar todo lo que esto significa para mí, cowboy.

lunes, 14 de mayo de 2007

Como música para mis oídos

Guardo aquella tarde en mi cajón de momentos, archivada bajo la sección de inolvidables.

Para paliar el aburrimiento, o quién sabe si tal vez avivarlo, te pusiste a toquetear el piano. Sin llegar a aporrearlo, te salió un principio de ritmillo ridículamente optimista, pegadizo. Avanzaba casi solo. Como por pura inercia, tus dedos se movían por su cuenta, bailando sobre las teclas.

Entre risas, le fuimos añadiendo letra. Después de las primeras rimas cogimos carrerilla y nos salió una estrofa detrás de otra. Nos lo estábamos pasando en grande y propusiste seguir con una nueva.

Ésta no era tan alegre y desde las primeras notas ya sonaba a confesión. Cuando empezaste a cantar tu expresión seria hacía juego con la tonalidad de la melodía. Noté la sangre acumulándose en mis mejillas y aparté la mirada casi instintivamente.

Llevaba esperándolo tanto tiempo. Tanto así que, aunque en el fondo siempre había sabido que llegaría, me tomó por sorpresa completamente.

Aún puedo verte, inclinándote sobre el teclado, con tu pelo oscuro más revuelto que nunca. Seguías con tu canción, y ahora eras tú quien no se atrevía a mirarme. Lo habías puesto todo. Era mucho mejor de lo que hubiera podido soñar nunca. Era perfecto. El momento, tu gesto, el haber compuesto una melodía para la ocasión, cada una de las palabras maravillosamente exactas e idóneas.

La voz se te quebró en el verso final, que tenía forma de pregunta. Me miraste por fin y esperaste mi respuesta.

Mientras te rechazaba, enumerándote meticulosamente las razones de mi negativa y regodeándome en mi explicación paso a paso de por qué llegabas tan jodidamente tarde, podía ver en tu rostro desencajado el efecto producido por mi discurso, medido hasta rozar el límite del sadismo. Las amargas lágrimas de dulce humillación que resbalaban por tus mejillas abochornadas eran como golosinas para mis sentidos, chispeantes de emoción contenida. Hasta me pareció oir un crack proveniente de tu pecho. Era perfecto.

Llevaba esperándolo tanto tiempo.

Autodefinido curvado

Supongo que habito en la rareza.

Por preferir los silencios "incómodos" a los comentarios vacíos, supongo...

Supongo que el caos en el que habito, además de en la rareza, también me hace un bicho raro. Supongo que raro y caótico, para decirlo con propiedad.

El hecho de que una sonrisa (secreta) de lado, en lugar de una sorda carcajada, me provoque dos mil infiernos de placer en el estómago, también eleva mi rareza un nuevo escalón.

A veces dudo si prefiero los puzzles o las muñecas de papel, esas que van de la mano en una sucesión interminable, idéntica, plana, al fin y al cabo. Supongo que con esto último ya lo he dicho todo...

Supongo que, después de todo, vivo para el dramatismo, y no sería tan rara (y menos aún, tan orgullosa) si viviera en el hastío de una línea recta. Muchos la habitan confortables-para mí, sería la muerte.

domingo, 13 de mayo de 2007

Allí

Descalza caminaba con paso pesado, pues se había olvidado las sandalias y no estaba dispuesta a volver a por ellas. No había reparado en la desnudez de sus dos pequeños pies hasta que el más ínfimo trozo de gravilla le rozó el meñique izquierdo.

Resultaba agradable, ahora que se paraba a pensarlo, sentir el tacto de la tierra batida bajo sus plantas. "Arenilla tan fina", se le escapó en un suspiro.

Era la senda más amplia con que jamás se hubiera encontrado. Se extendía en todas direcciones, hasta donde alcanzaba la vista. No había, ni a lo largo ni a lo ancho, absolutamente nada que ayudara a distinguir medida alguna de distancia o distrajera a la pequeña de su ensimismamiento carente de opinión.

Mirara adonde lo hiciera sólo podía ver una extensión infinita de fino polvo blanquecino, de horizonte a horizonte. Sería ya imposible dar media vuelta y volver por donde había venido, puesto que ni siquiera sus huellas quedaban marcadas en el camino. Antes de que acabara de alzar una pierna para colocarla delante de la otra, una fina brisa que parecía existir sólo a ras de suelo levantaba la cantidad exacta de arena necesaria para cubrir las diminutas trazas de sus pasitos. Tras de sí nada quedaba registrado.

Su rastro desaparecía consigo. Al igual que ocurría con sus sandalias, ya había renunciado a recuperarlo. Sabía que no lo iba a necesitar. Tan sólo necesitaba seguir andando en línea recta, hacia Allí.

Todavía no sabía dónde era Allí exactamente, qué aspecto tenía Allí ni cuánto se tardaría hasta Allí. Eran detalles sin importancia, por el momento. Sí tenía muy claro que cuando llegara el momento, lo reconocería.

Desconocía asimismo qué se esperaba de ella una vez Allí. Aunque, si hubiera tenido alguna preocupación en absoluto, no sería ésta. A los pormenores del destino no hay que prestarles mayor atención hasta que tienen el valor de presentarse de forma definitiva y palpable.

Podía sentirlo, ya estaba cerca de Allí. Un destello parpadeó a lo lejos. Conforme seguía avanzando, el resplandor se intensificaba cada vez más. Se encontraba aún a varios cientos de metros y ya resultaba cegador. Ese reflejo tenía que provenir de Allí. No había más que ver.

Sin detener sus pasos ni un instante echó un último vistazo en dirección a Allí y cerró los ojos, cubriéndoselos con las manos.

No quedaba más que ver que aquello que le dificultaba tanto la visión. No tenía más que hacer que seguir hacia Allí. Y una vez llegara Allí, traspasarlo. Eso era, claro. Traspasar Allí. Y después de eso...

Después de eso, seguir hacia Adelante.

miércoles, 2 de mayo de 2007

We owe it all to flamingos

In the begining of sighs, long before the begining of lies, two of the primordial six were having an aggitated talk about whether flamingos should be pink or bright violet. The Brunette primordial argued that pink would be a much more romantic color, whilst the Redhead one insisted it would be much too mushy. Redhead primordial tried to defend her violet choice by making an argument on how the light would reflect on a much more efficient way, but Brunette kept repeating pink would make them look much more exotic.

- Efficiency! -stressed Redhead.
- Exotism! -harped on Brunette.

Redhead tried to explain once again her views, but her speaker had entered a loop. Brunette's mouth kept opening and closing in the exact same fashion over and over, the exact same sounds coming out of it:

- Exotism! Exotism! Exotism! Exotism!

Redhead was going insane. Her growing anger was turning her face so red as to match her hair shade. Her teeth were clenching, fists pressed together so tightly they made her whole body vibrate. If she could just force her to stop, shut her up. Make her close that irritantingly annoying little mouth of hers.

Her rage blinded her and wouldn't let her think any longer: she pursed her lips together and pressed them against Brunette's.

It worked! No more drilling words were coming out of Brunette's mouth. Redhead could hear her own thoughts again. She felt so happy and relieved she didn't even care to part her own mouth from her fellow primordial's. But as the anger was draining out of her, the pressing and the pressure of her lips relaxed. As she slowly became aware of how pleasant it felt, her eyes closed.

And that's how the kiss was invented. The first kiss took Brunette completely by surprise, but luckily for Redhead, it won the argument for her.

Flamingos are bright violet, right?

The middle path

I am one of those people who has never been able to give the right answer to certain, often asked, pointless questions, i.e. what do sheep count for getting to sleep?, or what's heavier, one Kg. of feathers or one Kg. of plumb? I mean who cares? I have always found such questions a terrible waste of time.

Only until she asked me THE Question-and by this I mean The Question of Questions, The Queen of Questions (aka Q.Q.): if you could choose between flying in the air or flowing with the water, which one would you choose, as a means of transport? Wow. I mean, wow. I was so astonished by that question that I didnt know what to answer.

It's taken me almost years to find a proper thing to say. I have been thinking hard about this one. I have had many sleepless nights, many nights of sleep full of nightmares, too, many thoughtful morning hangovers, many hesitating worried afternoons. Finally, I have reached a conclusion. This would be my answer: I'd rather float in between those two (air and water), and levitate as a means of transport, always heading forward, but in the middle of nowhere.

martes, 1 de mayo de 2007

Three worded story

I've always loved this game. We have played it since I can remember, and it goes like this: every player, in order, adds three words following whichever ones the previous player said. It is not required that it has any sense at all, it can be nonsense, utterly silly or ridiculous. Stops don't count as a separate word and you can insert all the punctuation you think you need at any moment.

I've always preferred the two-people version of the game: it's more intimate and much less chaotic and irritating. And I've also always preferred to play this version with a very particular second person.

We used to play it in two forms: one in which we kept written record and another one in which we didn't. The latter was the silliest, craziest and therefore funniest one. As we obviously could otherwise not remember the rest of the story, we had to repeat the whole thing at each turn, adding our three new words at the end. Which made it even more nonsensical, and meant that by the time we were around the fifth round we'd start forgetting half of the words and the story would get even more senseless.

As we grew older, many of these became erotic stories. And, soon enough, unless we were high on something or feeling particularly absurd, all of them were erotic stories in the end.

Throughout the years we have managed to create quite a collection of stories. I actually keep a cardboard box with all of our written ones in it. It's filled with all kinds of pieces of paper; from regular sheets to toilet paper, all the way up to napkins, tissues and even the back of a notebook cover. I put on top one of my favorite ones in the absurd category, the one that started with "I eat crayons". An absolut classic.

But there's one I'll never forget. We were just hanging out as usual, bored out of our minds, I thought. Until I noticed her hard expression, and so I suggested we played "story" -that's how we called it, to ease her mind and three-word her troubles away. She agreed, quickly adding she'd be the one to start.

I didn't even see it coming. She opened her mouth and the three words came out. No, not those three words. She wasn't going to say she loved me, I already knew she did. When you know someone for that long, you know you love each other. It's implied in the relationship. It doesn't matter whether it's an as-a-friend, a like-a-sister or a more-than-that love. Love's just love. Feelings, states of mind. It comes, it goes, changes, stays the same or for good. It can be more or less deep, stable or lasting, but by telling someone you love them you're not admitting anything they already don't know or suspect. You're just putting it into words, merely expressing it.

The three-worded story she began that day for the both of us started with even bigger words: "I need you". The three words that can move land, sea and air. We rarely say them, yet we wear them all the time, engraved in the back of our skin.

Even if we can't admit it, we hate to feel alone. And yet we do, every second of every day. Because we are, in fact, alone. So very alone. Life is really fucking lonely. And that's that.

But that day she offered all of her vulnerably beautiful self to me. Just like that. And with those three words she gave me, I made the next move to writing a whole new story, for the both of us: "I do too".

viernes, 27 de abril de 2007

Constante cosmológica

"Estoy convencida de que el universo es cíclico", me dijiste. "Siempre acabamos de vuelta en el mismo sitio, siempre aquí".

Puedes intentar huir tan lejos como quieras, pero los hilos siempre tirarán de ti. Trata de huir de tu casa, de tu gente, de tus sentimientos, de tu destino, de ti mismo. Pero eso que fuiste y todo lo demás de lo que intentes escapar irá siempre contigo, allá donde vayas. Cambias de ciudad, pero terminas encontrando los mismos rincones; cambias de entorno sólo para rodearte de lo mismo, y encontrar a personas que abandonaste en otras que, en el fondo, son lo mismo. Si tienes suerte.

jueves, 26 de abril de 2007

Asociaciones dobles y demás dobleces duplicadas y complicadas

Los antiguos ya sabían que la duplicidad, así como la dualidad, eran símbolo de buenaventura. Como encontrar dos corazones de manzana idénticos, cruzarte con un par de gemelos y demás cosas pares. Aunque es posible que lo fuera de mal fario. Lo que está claro es que era símbolo de algo.

Me pasa a menudo, y es por esto precisamente, que cuando una persona me recuerda a alguien que no puedo reconocer o ubicar del todo, es señal de que hay algo especial en ella. Como me pasó contigo. O quizá sea al contrario. Tal vez al reconocer esa cualidad extraordinaria mi subconsciente intente activar alguna parte recóndita de mi memoria, conectándote con cálidos sonidos, sosegantes formas y reconfortantes sensaciones. O acaso incluso lo que haga sea falsearla para acaldarse a tus cálidos sonidos, sosegantes formas y reconfortantes sensaciones.

La duplicidad puede ser engañosa, fácilmente falsa, asociándose así con decepción e hipocresía. Y es que la igualdad entendida como coincidencia absoluta, no como coordinación relativa, no existe como tal, solamente sobre el papel. Esto es especialmente notable para los tonos de voz. Puede quedarme una sensación vaga, como flotando en el aire, de que ya había oído tu voz de labios de otra persona. Limitaciones frecuenciales auditivas aparte, no creo que haya lugar en la estadística como para haber coincidido con el mismo tipo de cuerdas vocales, cajas de resonancia y demás, dos veces.

Aún no sé de dónde me viene esta sensación de déjà vu asociada a ti y a tu timbre. Cuando lo averigüe, podré saber con mayor exactitud cuan buen símbolo es y de qué.

Nos va la marcha

Irene, camisa blanca de finas rayas grises verticales, corbata azul marino. Lo que lleva puesto en su parte de abajo no lo llego a distinguir, puesto que estamos comiendo en la barra de un restaurante. Entre bocado y bocado, Irene me mira a los ojos desde su transparente claridad azul y me dice:

- Es que todo gira sobre lo mismo, Raquel, ¿entiendes? ¿No lo ves? Se trate de lo que se trate nuestra vida. Sea cual sea el problema que tengamos en el momento, siempre queremos más. Está comprobado.

"Siempre queremos más". Esta chica tiene algo que no me convence, cierta arrogancia en el modo de transmitir sus ideas que me resulta molesta. Quizá debería darle un respiro al mundo y pensar si, por una vez, no puede ser ella la que esté equivocada. Sin embargo, tras un automático masticar y una escapada visual que creo localizar en el infinito, Irene prosigue su discurso, inmutable:

- Siempre deseamos aquello que no tenemos. El que es bajito desea ser más alto, los altos darían lo que fuese por descender unos centímetros. Las rubias quieren ser morenas, las morenas matarían por haber nacido rubias. Y no sólo ya en el plano superficial del que te estoy hablando, no. Esta permanente insatisfacción humana se extiende a todos los campos vitales posibles. Esto es lo que me enerva.

En este punto de la conversación, no puedo negar que razón no le falta. Yo misma he debatido esta misma idea en mi cabeza en multitud de ocasiones. Por cierto, ¿qué estará haciendo ahora Clara? Quizás debería haberme quedado con ella en casa...

- Mira, para hablarte con total sinceridad, yo he terminado por llegar a la conclusión de que nos va la marcha, qué quieres que te diga, Raquel. Sí, todos tenemos un lado masoquista del que no podemos renegar, así son las cosas. Especialmente, en el amor. ¿Nunca te ha pasado estar loca de deseo por alguien que, en cuanto muestra un mínimo interés por ti, pasa a perder todo su atractivo? Es una de las sensaciones más ridículas, estúpidas y humillantes por las que una puede pasar. Y, sin embargo, aquí seguimos, suspirando por un gran amor, por alguien que nos acompañe en nuestro sueño, por la complicidad de la pasión compartida. No hay quien nos entienda, Raquel, esto te lo digo yo.

Cuánta razón tienes, Irene. Cuánta razón. Pero ahora sólo estoy pensando en regresar a casa con mi Clara.

miércoles, 25 de abril de 2007

It's all in the details

There's certain things she won't ever know. Like how much I really know about her, how much I could guess about who she really is. She doesn't know because she didn't tell me. She didn't confess anything in her sleep either. She just didn't tell me with her words. She told me with her mouth, her gestures and maneurisms, her walking, her stretching, the way she rips open café sugar envelopes and pours the sugar into her café coffee, the way she does it with spoonfuls of home sugar into her home coffee. I could glimpse the extent of her braveness by the way she accommodates in her seat.

It's the little things that define us. The way we rip open café sugar envelopes says so much about us, who we are, our wishes and hopes. The way we play with it afterwards or let it be by the cup's side sets us apart. It marks us different.

I could tell your eagerness by just observing the way you licked your lips. And if I get a glimpse of your hands... Your hands. I could see into the depth of your soul by looking at your hands.

martes, 24 de abril de 2007

Vivir en las otras pieles

Simplemente surgió. Cuando vine al mundo, se me ocurrió que podría vivir a través de los otros. Decidí convertirme en un halo transparente, inodoro, insípido...y también inocuo, por supuesto. Sólo tuve que chasquear los dedos y allí estaba yo, de repente una brisa casi marina (no puedo negar mis orígenes), pasando inadvertida, justo como quería vivir.

Muchos podréis pensar que tal decisión no requirió ningún esfuerzo, podríais incluso considerarla cobarde o tacharme de caradura. Fue mi decisión, al fin y al cabo. No creo que mucha gente pueda decir lo mismo. No me justifico, simplemente opté por la vida incolora.

Esto, sin embargo, no significa que no fuese vida, nada más lejos de la realidad. Era, de hecho, más vidas que la mía, decenas, cientos, millones de vidas recogidas en mi persona. Cuando miraba al exterior, era millones de ojos. Al respirar, todos los olores del universo flotaban conmigo. Al mover mis extremidades, lo que se ponía en movimiento era también la cadena de miembros exteriores a mí que mantenían al mundo habitado. También habitable.

No puedo negar que el miedo no me asaltase en algunos momentos. Pero, después de todo, había sido mi decisión, y no iba a permitirme dar marcha atrás. Eran muchísimas voluntades las que llevaba conmigo.

Tal vez un día me canse, pero eso está por ver.

domingo, 22 de abril de 2007

El eterno resplandor de la mente inmaculada

Dijo que, como parte de un estudio sociológico que estaba llevando a cabo para la facultad, debía seguirme durante veinticuatro horas. Como si fuera mi sombra, observando todo lo que hiciera yo normalmente. Al principio me sentía cohibida, un tanto incómoda. Pero a los dos minutos ni siquiera pensaba en lo cómico que resultaba tenerla ahí al lado todo el rato, incluso en la ducha, sin participar de nada; tan sólo tomando notas en su libretita de reportera, que ya chorreaba tinta.

Walk the wire

There is always something better than free fall. Right? I mean, something better that's waiting for you down there? Like, dunno, a soft pool of pillows, or a fragrant field of daisies. Yeah, I would like that-a fragrant field of daisies that waits for you down there singing along to some very famous old song. A song that maybe your parents knew, or your grandparents, or maybe even their grandparents as well. Wow...that would be like... a really really famous old song, wouldn't it?

The more I think about it, the more certain I am about my free fall theory. I might tell the people about it some day. Maybe even in the near future.

viernes, 20 de abril de 2007

Donde mis fantasías vienen a morir

Ocurre de un tiempo a esta parte que cuando duermo se me pegan los sueños entre las retinas y los párpados. Con semejante carga onírica enganchada a mis globos oculares, me cuesta horrores abrir los ojos y enfocar bien al despertar. Esto no sería mayor problema si en adición no aprovecharan para encallarse los deseos en mi vientre. Y es que contra esto no puedo hacer nada.

Debe ser alguien que me ronda, pendiente de la evolución de las fantasías de mi subconsciente. Cuando se acerca el cénit de alguna de ellas, se abre paso entre los músculos de mi cara y, zambulléndose en mis cristalinos, alarga la mano. Ase con fuerza mis nervios ópticos y me desvía las imágenes finales hacía fuera de la córnea, fuera del alcance de mis retinas. Tiene que ser eso.

No le encuentro otra explicación.

Renegada

No deseo que me invadan, no deseo que mi espacio interno y externo sea violado por ninguna persona según su voluntad. Esto no es lo que yo quiero, por tanto, es lo que trato de evitar por todos los medios. Invierto todos mis esfuerzos posibles en mantenerme al margen-entera, rígida, impasible, impenetrable, sólida. Constante.

¿Acaso no lo ves en mis ojos, acaso no te lo grita a voces mi miraa? ¿Es que estás sordo, o sólo quieres estarlo? ¿Es que no hay nada en el mundo por lo que tengas respeto ya? ¿Es que todo, absolutamente todo está ya lleno de vulgaridad?

En estos tiempos, el "no" rotundo ha sido borrado del mapa de las posibles respuestas de la comunicación. He nacido con el "no" en la boca, detrás de los dientes (apretados casi siempre por la rabia más insonora), casi en el paladar, en la garganta. Ten bien claro que no vas a llegar tú y hacer que todo valga ahora.

miércoles, 18 de abril de 2007

La bona

Quan sigui, hauria de ser així. Gairebé sembla que fos. Però no és. Tant de bo pogués ser. Sembla que pogués ser. Però no pot ser. Podria ser. Potser ho sigui. Si sembla que ho és, bé podria ser. Es veu com si fos. Però no és. No és, veritat? Pot ser. Se sent com si fos. Estic començant a sentir que és. Però no, no pot ser. O si? Crec que de debò podria ser. Em pregunto si realment seria com ha de ser, en el cas que si sigui. Sembla que és. No em diguis que és! Si que és? És! Espera, espera, no m'ho crec: de debò és? Segura que és? No? No, segura no. Però podria ser, no? Encara podria. Sembla que encara podria ser. O no? Ah, no? No, ja no és. No serà? No? Bo, mai se... Val, val. No és, d'acord. Però si hagués estat, hagués estat com ha de ser. Que si?

Let me tell you. Let me let you know.

Let me let myself know? How to say... I think I'd rather not. Spoilness is not good for certain situations.

Spoil me spoil me spoil me.

What a pair of wonderful question marks you give me every time you fall into my deepness without quite knowing where you are. If only I knew.

If only I knew I don't wanna spend all my time wishing. I want to spend it with what you give me, and I don't wanna understand why.

martes, 17 de abril de 2007

Natura fràgil

- Sóc de estómac fràgil -li deia-, i és per això que he de racionar de bon tros cuidat l'alcohol si vull que el meu cos ho accepti i m'arribi a embriagar realment.

Va somriure amb un somrís picardiós, mitjà sorneguer.

- Que t'estàs rient de mí? -vaig preguntar-li, una mica molesta.

- No, dona. És clar que no. Només estava pensant que el que ets és de emoció fràgil... bo, de natura fràgil millor dit, i per això tens que escogir de bon tros cuidat a qui deixas entrar al teu cor, i fins on -va respondre'm, amb aquella mirada de tendresa que se li posava de vegades, mitjà condescendent mitjà protectora.

Nacer al mundo

Justo cuando estabas nadando tan tranquila allá adentro, justo cuando nada en el mundo podía parecerte mejor paradero, hala. Fuera. Sin preguntar siquiera.

Y es que los seres humanos siempre han desconocido ese sentido de la oportunidad que tenemos los demás.

lunes, 16 de abril de 2007

El precio de la traición

Aceptémoslo, no nos regimos por las mismas reglas. Para ti valen unas, y para mí otras distintas. Pero eso no significa que no tengan su valor. Si no las cumples, si me traicionas, te castigaré. Es así como funciona. Yo, mis propias reglas, no las incumplo. Aunque te parezcan más laxas. Es que son las mías. Tú tienes las tuyas.

Es posible que fuera desproporcionado. Seguramente no te lo merecías, aunque quizá sí por dejadez. Pero te la gozaste, igualmente. Y ya sabías lo que había.

Cuando te decides, accedes a las reglas. Hay que atenerse a ellas, porque de lo contrario, ya se sabe. Las reglas son las reglas. Éstas son las mías. Tú, tienes las tuyas.

sábado, 14 de abril de 2007

The mating rituals of eagles

Eagles have a spectacular courtship. The male and female eagle will circle together untill they get high up in the air. Then they'll flip over, grasp talons and helicopter down towards the ground, until they get really close to it. Then they'll break off and fly back again and repeat it. Spectacular courtship.

I once fell in love with an eagle. It was not such an impossible love as one may think. It didn't feel like that to me, at least.

Human mating rituals are really not that different from that of eagles. But, be that as it may, I couldn't really apply the usual rules I would have would it have been any other regular girl. Although I found, girl eagles are not that different from regular girls: they just want a little romance and a little helicoptering down towards the ground. But like most girls, she didn't want it from me.

Dieciséis años tenía

Hacía las cosas que hacen las chicas de su edad: salir, beber, hablar con sus amigas, hablar con gente al azar, hablar con gente que ni siquiera le interesaba, hablar por hablar. Hablar por no callar. ¿Eran así todas las chicas de dieciséis años?

Yo no lo creo.

Ella no pensaba en estas cosas.

Sólo, en ocasiones, tenía impulsos asesinos que brotaban de lo más profundo de su ser. El ser que había mantenido enterrado durante tantos años, y al que se emepeñaban en estrangular.

jueves, 12 de abril de 2007

Mecánica de juego

Antes de que empezara a decirlo, ya sabía por dónde iba a salir. Yo soy así, escapista profesional. Para cuando termino de poner un pie en un nuevo entorno, ya he localizado todas las posibles vías de escape. Lo hago de forma mecánica, ya es pura rutina para mis neuronas: todos mis sentidos están entrenados para analizar y controlar el terreno, en cualquier plano, a cualquier nivel. Me defiendo así, adelantándome al ataque.

Cubro todos los puntos de acción imaginables, antes de que puedas decidirte a respirar. Mi secreto está en mi movimiento, tanto te diré. Pero permanecerá indescifrable para ti. Mi estrategia no está abierta a pujas ni a subastas. No puedes comprarme tampoco. Ni siquiera es una carrera: ni en mil años podrías alcanzarme; mi captura es una quimera, guerrera.

No te engañes, pequeña. No me puedes ganar. Si caes en la ilusión de que vas a poder alcanzarme, será que deliras. Administro mis recursos al detalle.

Antes de que terminara de echarme, sin el más mínimo cambio de expresión en mi rostro, yo ya había dirigido mis pasos hacia la puerta. No juego por victoria alguna, tan solo me defiendo.

How to live in two worlds at the same time

There are some people that live in two different worlds at the same time. I have always wondered how that can be possible. The other day I caught one of these "two-worlders" when they were trying to do it and I asked them if anybody could do that, anytime they wanted, wherever they wanted. They told me anybody could. They told me all they have to do is try. They told me it helps if they are a bit fucked up in the head-that helps a lot, according to the "two-worlders". I found them funny.

But I believed them. And now I am a "two-worlder", too.

miércoles, 11 de abril de 2007

Effed up in Lilbutmuchhe-3

If you raise your eyes to the sky, let your cares drift into space -this step is really important-, and scrutinize the Universe as if to grasp every bit of it as tightly as you possibly can, you may be able to see the tiniest and furthest planet. That would be Lilbutmuchhe-3, from the A55 Nebula.

This Lilbutmuchhe-3, unlike the other sixty-eight Lilbutmuchhes, was inhabited by rather civilized people. Although there was a question the people of Lilbutmuchhe-3 disagreed on, that divided the planet in two. Each side had their beliefs which, coincidentally enough, were pretty much the same, with almost the sole difference of the word big replaced by the word flat and viceversa. They agreed on the object of worship, both of them ran and constructed their lives around the Assedness. Only, one half enhanced flat assedness while the other did the same for fat assedness. So you see, they cared about the same issue, only they looked at it differently. This was a quite delicate matter, to say the least, that created a rivalry between the two assed urban tribes.

It even leaked out to the spoken word. For instance, a flat butted could use a very popular tiny-assed excuse like: "I ran into big butted problems"; whilst fat-assed propaganda went on with slogans like: "The Assedness Likes Big Butts And So It Gave Me One" or slightly less popular and grandly more radical "Lose Your Ass And Lose Your Life".

And if the Big Butts and the Flat Butts were the Montescos and Capuletos of Lilbutmuchhe-3, Thipa & Klapt would have to be the Romeo and Juliet of Lilbutmuchhe-3. Or the other way around. Perhaps they were both Juliet. Or maybe Romeos... You never know with these lilbutmuchhers. However it may be, despite their assed differences, they fell in love. And in their lovey-dovey blindness decided they could show the world how beautiful and funny life is, no matter the size of your butt.

But they effed up, because the people of Lilbutmuchhe-3 was not ready to accept their love, and they didn't handle it very well either. Despite their efforts to normalize the situation, comments like "Thipa's butt's not really that big, but you wouldn't know by the way Thipa uses it" were not well received and eventually they were stoned to death.

Adicciones

La sal. El sol. La noche. La cerveza. El papel en blanco. El rellenarlo. El terminar y empezar de nuevo. Viajar. El anonimato. El mar. Escuchar. Hablar. Callar. El sueño.

Subir y bajar. Volver a subir hacia lo más alto. Precipitarme al vacío. No saber las respuestas. Preguntarme siempre lo mismo. Arrastrarme por los suelos. Agarrar la mano amiga.

Ser impaciente. Mirar atrás. Hurgar en mis heridas. Girar en círculos concéntricos. La autocrítica. Los libros. Los autores. Las biografías. Las fotos. Las piedras.

El verde. El rojo. La hierba. La lluvia. Cocinar. Reirme con las caídas. Los ojos con historias dentro. La lengua de mi casa. Los edificios antiguos. Los rincones perdidos.

martes, 10 de abril de 2007

Por un momento

Es como un flash. Lo consideras como una posibilidad real, por un segundo, y te atraviesa. La sensación comienza en el estómago, que es donde solemos situar los dolores no demasiado concretos. El estómago es a la frontera entre cuerpo y sentimiento lo que el pollo es al sabor. Todo lo que no tiene un sabor demasiado definido sabe a pollo. Este vértigo indeterminado empieza en el estómago.

Sabes que no hay nada físico ahí, pero por un instante tu cerebro le dice a tu consciencia que te has tragado una mariposa con las alas intactas. Se le han quedado pegadas a las paredes de una parte de tu aparato digestivo, y encima te resulta emocionante y violentamente agradable, a la par que extraño.

Si sigues pensándolo, te mareas. Una impresión de hundimiento o elevación, o todo al tiempo, te envuelve. La sangre sube a tus mejillas y te llena un principio de sofoco; corto, pero intenso. En tu cabeza resuena un zumbido, que se mantiene momentáneamente para desvanecerse secretamente.

Te invade.

Y si lo racionalizas...

lunes, 9 de abril de 2007

Vivir un millón de años

Mientras te decía, al teléfono, que no debías esperar demasiado de los demás..."nada de los demás", habían sido mis palabras exactas, y escuchaba sólo tu silencio al otro lado de la línea, sabía que me escuchabas. A pesar de sentir tu silencio añejo, superior al mio aunque sólo sea por edad, por experiencia, al escuchar mis palabras flotando en el vacío del auricular me sentía tan indescriptiblemente vieja, tan anciana, tan desesperadamente como si tuviera un millón de años.

Ahora pienso que podría ser el castigo más horrible que se pudiese imponer a cualquier criatura: vivir durante un millón de años viéndolo, viviéndolo todo, TODO. ¿Te haces siquiera una idea del cansancio insoportable que esto puede suponer?

Yo no necesito hacérmela, así es como me siento con cada puto día, pero esto no te lo he dicho. Hay cosas que una simple línea telefónica no transmitirá nunca, ni aunque hayan pasado ese millón de años.

The mermaid singing

Once upon a time there was a boy who drived his mother so crazy she decided to sell him to the circus. But fear not, for it wasn't an evil circus, but a nice one.

Now, to be absolutely fair, it wasn't a circus either. It was a carnival. It's important to make the distinction between them. Carnies and circus people have always had their differences, to say the least. They hate each other. They're like two different tribes, they are. The carnival didn't have sappy clowns, boring acrobats and simple old sideshow freaks. Oh, no. Contortionists, fire-eaters, burlesque dancers, sword-swallowers, puppeteers, dwarf-strongmen, pedlars and hawkers, and many kinds of acrobats with many zany talent, even somnambulists, belonged to his carnival.


There he was now, standing right in front of the carnival manager, an unmeasurable giant -unmistakably a former carny-freak for presumably an exhibit show. "He must be at least three boys tall", the boy murmured to himself in awe.

The giant gestured for the boy to follow him and lead the way through the camp. They passed across all kinds of carnies, freaks and what seemed to him as fairy-tale beings. Even regular roustabouts.

Finally, the enormous manager disappeared inside a particularly big tent. The boy followed him in.


The atmosphere inside was more than welcoming. He felt as if he had walked in the coziest little corner of his own garden; in a hot summer night, too. The air felt thick, warm and wet. He looked up to find a big tank where a real-life mermaid waggled her fish tail at him. The boy had a flash of himself diving into the tepid water. A strong desire to look directly into her greenish eyes, without any layer of glass between their glances; and a sudden need to get closer, so much closer to her long pale neck. Her voice bounced off inside the tank and the whole tent shook:

- No way, boy.

He blinked, puzzled, and opened his mouth as if to protest.

- When I say no, it's always a solid no.

Before the boy could even react to his own emotions, the giant gently took him out of there with a soft push.


- I wish I could have spared you that, little one -the voice of the giant was surprisingly pleasant-. But since that's out of the question, now that you belong to the carnival, I thought it much better to do it as quick as possible. It's best she broke you before you even had the chance to hear that mermaids singing of hers. This way your obsession'll grow up with you, but with no hint of hope. It's best that you didn't have a chance.

- But, her eyes... How can it be best? How can you possibly know that?

- Once, she wanted to look into my eyes too.

Pastel de carne

Y ojos de nieve. Y pestañas de azúcar. Y unos párpados que, al moverse, simulan un canal mal sintonizado. Madre mía las pupilas, tus pupilas como hojas de menta por las que corre savia a borbotones, una savia llena de preguntas. Tu nariz no sabe nada, pero aletea curiosa ante tanta expectación desde que naciste. Por eso se esfuerza cada día, con todo su ímpetu de nariz humana, en alcanzar los olores más ocultos de este mundo para quizás llegar algún día a encontrar las respuestas. O quizás no, quizás sea mejor no saber nada, piensa a veces tu cerebro, que no es masa gris, sino del color del arco iris más puro que ha podido parir nunca la Madre Naturaleza. Tus orejas (lóbulos carnosos que casi descansan sobre tu cuello, qué cuello Dios mío, qué colina que desciende hacia los más hermosos valles y colinas) se limitan a escuchar el dulce ondular de tus cabellos, de oro y ceniza. Ellos se posan sobre tu frente tímida y rotunda, y sobre todo digna. Una frente que avanza a trompicones con todo lo que ha aprendido hasta ahora. Tu barbilla se arruga a veces, respetando siempre los deseos de tu boca.

¿Que qué dice tu boca? Tu boca no dice nada, absolutamente nada, a no ser que esté completamente segura.

domingo, 8 de abril de 2007

Si empezara de nuevo

Si volviera a nacer, elegiría llamarme Urania. Sin más razón que ser otra, Urania, y no yo misma, quien soy yo, ahora, quien he sido -y sigo siendo. Rehacer mi vida, como una persona totalmente distinta. A sabiendas de mis tropezones, como Urania daría pasos en falso, pero de forma mucho más elegante.

Si empezara de cero, me haría un propósito nuevo de forma diaria. La lista de mis quehaceres crecería de forma exponencial, y en pocos años mi vida estaría completamente dedicada a cumplirlos. Mis días se compondrían de monoacciones: leer un nuevo capítulo, aprender una nueva receta, resolver un nuevo puzzle, encontrar un nuevo propósito...

Si naciera de nuevo, inventaría una historia disparatada cada día. Sin pies ni cabeza, absurdas, sin principio ni final, abiertas, en espiral; llenas de comas y aliteraciones, sin puntuación alguna y de corrido, sin pausas y a doble espacio. Vacías y repetidas. Estúpidas. Plenas, diferentes y recopilatorias.

Si volviera a empezar, este relato no sería. Y, así y todo, no terminaría.