miércoles, 16 de mayo de 2007

Me odio cuando me miento

Es como comer sin hambre, entregarte sin convicción, seguir sin ganas. Sentirte obligada, hacerlo por inercia. Caer en la cuenta de que estás ya rota, manchada, contaminada. Te faltan pedazos que ya no podrías recuperar aunque lo intentaras, y aún así sigues adelante.

Sigues pero arrastrándote. Una parte cada vez mayor de ti se da por vencida, acepta la derrota. Renuncia, lo olvida.

Se abandona, se deja, se va...