miércoles, 16 de septiembre de 2009

El poder transformador del rizo

De mediocre y apagado veinteañero a entregado y voluptuoso trobador. De accidental roce en la cara a jugueteo intencionado con el dedo. Del más absoluto anonimato al perseguido "in your face", premeditado durante toda la noche.

De noche los gatos son pardos y las gatitas maúllan. Es, como si dijéramos, el canto de las sirenas, pero más cercano, más abarcable. Y por ello más deseado. Conlleva, simplemente, el triunfo asequible de la caza.

Y a eso vamos hoy, de modo que enséñame tus fichas. Yo anticiparé tus movimientos.