jueves, 17 de septiembre de 2009

Malas decisiones

La premura de alguien que se sabe luchando por una causa perdida explota en mi garganta. Grito. Te llamo de todo menos guapa. Quiero terminar con todo esto, que haya pasado. Pero sé que lo peor será recordar, así que alargo la cosa. Quiero que llores, que supliques, que chilles tú también.

Te cojo de ambos hombros, y mirándote a los ojos te sacudo. Te pregunto, a voces, por qué, por qué, por qué. Cómo has podido. Echándote a un lado, dejo escapar un gruñido de frustración y a ti, cubierta en lágrimas, te entra la risa.

- ¡Corten! -exclamas, cuando consigues encontrar la voz, después de unos segundos de lucha contra el hipo-. No, no, no. Eso ha salido como el culo. Como el culo. Te falta pasión, convicción, sangre. Échale algo más de ganas o vuelvo a convocar el casting, ¿me oyes?