lunes, 17 de noviembre de 2008

Did I wake you?

Le echo una temerosa ojeada al reloj despertador. El cegador verde fosforescente me escupe un 3:47am. Genial.

- Hello?

Nunca aprendí a rechazar una llamada, sobre todo a horas inadecuadas. ¿Quién sabe? Hasta podría ser una emergencia.

Pero no. A mí esas cosas no me pasan. Ley de Murphy: si no descolgara resultaría ser algo importante, o algún asunto ineludible que me requisiese en alguna parte.

- No, no, I was up.

Por supuesto que no lo estaba. Y por supuesto lo negué. ¿Por qué será que nuestro instinto es mentir siempre que alguien nos despierta? Por educación no puede ser, yo no estaba el día que las repartieron. Parece más bien que nos avergoncemos de estar durmiendo a una hora decente.

Pero, para ser justos, sí se me requiere en cierto sitio.

No pregunto nada. Simplemente escucho, tomo nota de la dirección e indicaciones y de un salto me desenredo de las sábanas.

Antes de salir por la puerta me despido mentalmente de mi cama calentita con una rápida mirada contrita, hasta dentro de, probablemente, un par de horas.