viernes, 1 de febrero de 2008

La fragilitat a la cuina

La taza perdió un minúsculo trozo de su esmalte nacarado y no emitió ni un solo sonido de queja. Sin embargo, la muchacha se le quedó mirando y observó, con un hilillo de voz:

-Osti, nena, quina fragilitat...

-If you only, ever knew -Respondió la aludida taza.

Hay que tener cuidado, pero tampoco pasarse.