La taza perdió un minúsculo trozo de su esmalte nacarado y no emitió ni un solo sonido de queja. Sin embargo, la muchacha se le quedó mirando y observó, con un hilillo de voz:
-Osti, nena, quina fragilitat...
-If you only, ever knew -Respondió la aludida taza.
Hay que tener cuidado, pero tampoco pasarse.